
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Caribe representan algunas de las naciones más vulnerables a nivel global, enfrentando desafíos profundos derivados del cambio climático, la degradación ambiental y la inestabilidad económica. A pesar de su resiliencia, estos países enfrentan amenazas cada vez mayores debido a huracanes más intensos, el aumento del nivel del mar, sequías prolongadas y otros eventos meteorológicos extremos. La Agenda de Antigua y Barbuda para los PEID (ABAS) ofrece una visión transformadora para abordar estos desafíos, destacando la construcción de resiliencia, el desarrollo sostenible y la equidad social como pilares fundamentales para un futuro seguro y próspero.
Los PEID enfrentan una parte desproporcionada de la injusticia climática global, soportando la mayor carga de presiones ambientales y económicas a pesar de contribuir mínimamente a las emisiones globales. Entre 2000 y 2022, los PEID del Caribe sufrieron el 91% de las pérdidas económicas provocadas por tormentas tropicales entre todos los PEID a nivel mundial, lo que representó casi 32 mil millones de dólares en daños. Estos desastres interrumpen los medios de vida, agravan las desigualdades y obstaculizan el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con un espacio fiscal limitado, elevados niveles de deuda y economías pequeñas y poco diversificadas, los PEID a menudo tienen dificultades para asignar recursos de manera efectiva a la construcción de resiliencia y la adaptación al cambio climático.
El Sistema de las Naciones Unidas, a través de la Coalición Temática sobre Cambio Climático y Resiliencia (IBC) de la Plataforma Colaborativa Regional para América Latina y el Caribe (RCP-LAC), ha alineado sus esfuerzos con las prioridades de la ABAS para apoyar a los PEID del Caribe en la superación de estos desafíos. Esta agenda integral se estructura en torno a cuatro pilares clave: construir economías resilientes, fomentar sociedades seguras y prósperas, garantizar un futuro seguro y promover la protección ambiental y la sostenibilidad del planeta. En conjunto, estos pilares proporcionan una hoja de ruta para abordar las vulnerabilidades sistémicas y avanzar en el desarrollo sostenible de la región.
En respuesta al marco de la ABAS, UNDRR, en su rol de copresidencia de la IBC junto con el PNUMA, ha llevado a cabo un meticuloso ejercicio de mapeo, identificando 132 iniciativas y acciones lideradas por 11 agencias de la ONU. Estas iniciativas abarcan los niveles nacional, regional y local, abordando áreas críticas como la reducción del riesgo de desastres, la adaptación climática, la sostenibilidad ambiental y la gobernanza inclusiva. La distribución geográfica resalta el alcance del compromiso de la ONU, con proyectos destacados en Haití, República Dominicana, Barbados, Antigua y Barbuda, y otras naciones del Caribe. Además, las iniciativas regionales y multinacionales refuerzan la importancia de la cooperación transfronteriza y las soluciones compartidas.
Las infografías presentadas en este documento ilustran la profundidad y diversidad de estas contribuciones, ofreciendo una representación visual de cómo las acciones del sistema de la ONU se alinean con las prioridades de desarrollo de los PEID del Caribe. Desde el fortalecimiento de la resiliencia económica y la seguridad en los sistemas de agua y alimentación hasta la promoción de infraestructuras sostenibles y el avance en la gobernanza del riesgo de desastres, estas iniciativas ejemplifican un enfoque coordinado y multiactor. Asimismo, destacan el papel fundamental de las estrategias con enfoque de género y la inclusión de personas con discapacidad para garantizar resultados equitativos en la construcción de resiliencia y el desarrollo.
A pesar de los avances significativos, persisten desafíos. Existen brechas críticas en las inversiones basadas en el riesgo, la protección de infraestructuras y la ciberseguridad que requieren atención urgente. Además, alinear los debates políticos de alto nivel con las acciones a nivel de campo es esencial para traducir los compromisos en resultados tangibles. Abordar estas brechas exigirá un apoyo internacional sostenido, mecanismos de financiamiento innovadores y sólidas alianzas con los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.
A medida que el mundo entra en una década decisiva para la acción climática y el desarrollo sostenible, la agenda de la ABAS se erige como un marco vital para garantizar que los PEID del Caribe no queden rezagados. Al priorizar la resiliencia, la inclusión y la sostenibilidad, la región no solo puede mitigar los riesgos inmediatos, sino también construir una base para la prosperidad a largo plazo. Este documento celebra los esfuerzos colectivos de las Naciones Unidas y sus socios, reafirmando el compromiso de avanzar en las prioridades de la ABAS en un futuro cada vez más incierto.